domingo, 10 de agosto de 2014

No es fácil

Escribir una nueva entrada en mi blog, no es tan sencillo.....Me pregunto ¿Con qué debería empezar?....si es así me demoraría un buen rato tratando de responderme ese interrogante con el cual debería empezar a escribir una nueva etapa de aquellos sacrificios que he hecho por ser bella.

Me digo muchas veces, que soy fea, simpática o soy la exótica mujer que todo hombre miraría sin parpadear.NO. Eso lo tengo más que claro. Lucho cada día por vencer obstáculos que me dejen pasar del lado de la fealdad a un lado neutro entre lo feo y lo hermoso, más bien bonita. Una mujer bonita es más socialmente aceptada que una fea mujer. 

Para cumplir el propósito anterior, el espejo se convertido en un arma de doble filo para mi. No sé si para todas las mujeres pasará lo mismo, pero estoy tomándome yo misma como referencia, así que otros no es válido en mi blog. Por ese motivo, cada día quiero superarme a mi misma dejar una marca psicológica bien profunda que me cause angustia y que imprima con tal fuerza, constancia, lágrimas y demás que tengo que ser bonita. Cada vez que me veo en el espejo me digo constantemente quiero ser bonita, quiero serlo. 

He puesto más empeño en mi apariencia personal, aun faltan muchísimas que quiero mejorar pero el dinero que tengo es poco...estoy desempleada..así que de cierta manera apresuro y no apresuro las cosas. Compre un jabón de glicerina que mantiene controlado el brillo en mi cara, me hago mascarillas de avena y aspirina que me ayuda con las manchas, de blanqueadora y con el acné y mi agua de rosas. Mi rutina facial es esa. Me quito el exceso de vello en brazos y cara...y hoy empecé a quitarme el excesote de vellos en la parte baja de la espalda nunca lo había hecho. 

Esa es parte de mi historia que comparto. En este Blog Sacrificios para ser Bella

Xo.Xo 

lunes, 17 de febrero de 2014

Quedar sin trabajo

Uno de los muros más dificiles para mi es buscar trabajo. Ha sido, tan aterrador que me siento como la peor profesional del mundo.
Mis días pasan sin nada de atractivo, no encuentro motivación, incluso he pensado en suicidarme. Tengo tanto miedo por  dentro, estoy que me vuelvo loca. Es tan desesperante. Sabía que iba a darme duro todo esto, pero no llegué a imaginarme que fuera tanta la presión que me pondría yo misma, siento que he tomado malas decisiones en mi vida. Y eso, en parte me ha costado mucho.
Dicen que la motivación es importante, pero yo he perdido parte de ella, con el paso de los días. No ha pasado mucho tiempo desde que estoy en la casa, en cierta medida lo sé, pero parece que ha sido bastante tiempo. Cada maňana me levantó tarde, veo anime, manga, algo de prensa juego y demás, ayudo de vez en cuando en la casa, almuerzo, duermo, paso todo el día como una tonta mirando lejos, sin nada que hacer y mucho que pensar, y me acuesto no tan tarde.
Confieso que en estos momentos tengo mucho miedo, y le pido a Dios que me proteja y me de las fuerzas suficientes para no perder mis metas y mis sueňos. Porqur son esos los que me mantienen. Cada día la nostalgia se apodera de mi, al igual que un millar de dudas empiezan a nublar mi mente. Tengo miedo, mucho miedo.


jueves, 23 de enero de 2014

Un verdadero drama

Empezar a escribir mi propia historia es algo que me cuesta hacer. Como no tienen ni idea. Baje bastante de peso que estaba feliz, pero aun así quería más. No me conformaba con verme delgada, estaba dispuesta a conocer cuáles en realidades eran mis propios límites para lograr el placer de verme y sentirme delgada, sin importar las consecuencias.

Consecuencias, que se empezaron a manifestar con el tiempo. Practicamente no comía en el día nada. Estaba delgada, bien delgada, pero todo tiene uno. No quería comer nada, porque me daba miedo engordar.
Empecé a notar la parte dentro de mis ojos pálida y la decisión que tome fue comer dulces en el transcurso diel día. Comía un helado en el mes. Fingía ante de los demás que estaba bien. Que había adelgazado or puro sacrificio, cosa que no era más que una gran mentira, para sentirme bien conmigo misma.
No creo en esos comentarios, sobre que estoy conforme con mi cuerpo. Quien va estar conforme con verse gorda frente al espejo y entrar a un almacén y no poder comprar lo mejor por culpa de un cuerpo horrible.
Un drama con el que cargamos diariamente princesitas, y que cuando nos convertimos en Ana y Mias una vez. Es díficil no mirar atrás.

lunes, 11 de julio de 2011

Después de empezar...es dificil dejarlo

Sentarme a esta hora, después de haber almorzando es un poco difícil, ya que por lo regular me duermo media hora, antes de volver a mis labores habituales en mi trabajo. Y más, cuando cree este blog el cual titule "Sacrificios para ser Bella". Porque en verdad, lo que hice conmigo misma fue sacrificarme para perder algo de peso.

Esta historia tiene un comienzo como todas, y la mía fue precisamente no sentirme a gusto con mi cuerpo cuando me veía en el espejo. Esa imagen tan desacorde con la que yo tenía de mi misma. Me hizo en verdad tomar decisiones un poco drásticas para ver resultados en poco tiempo. El espejo en ese momento de volvió en mi enemigo número uno al igual que mi cuerpo. No poder comprar ropa linda fue muy impedimento para sentirme bien, siempre me reprochaba que tenía que bajar de peso, pero mi mente me engañaba y todo lo que hacía era lo contrario más comía. Escuchar comentarios como estas gorda, en cada momento fue sin lugar a dudas, la gota que rebosó el vaso. Y más cuando llegó el cumpleaños número quince de mi prima, fue allí en donde vi la magnitud de lo que en verdad sentía por dentro. Estaba inmunda. En ninguna de esas fotos me veía bien.

En diciembre de 2.009 empezó mi odisea, por métodos poco ortodoxos de pérdida de peso. Sabía a lo que me llevaba todo esto, pero quería de verdad sentirme bien y verme bien. No desayunaba, solo tomaba un vaso con jugo, almorzaba poco y luego lo vomitaba, y la cena se reducía a un vaso con jugo. Eso si, turnaba los días que desayunaba o cenaba. Porque a veces sentía que no tenía fuerzas. Empezar fue la peor experiencia, porque me daba hambre en todo momento. Trataba de dormir en las tardes para no sentir hambre, me acostaba temprano, trataba de tomar menos cantidad de agua en las noches, para no levantarme en las madrugadas a orinar, porque me daba hambre.

Ahora no sigo la misma rutina. Pero de algo estoy segura no soy la misma, ahora más que nunca tengo miedo engordar.