Sacrificios para ser Besha
Diario de una persona real.
domingo, 10 de agosto de 2014
No es fácil
lunes, 17 de febrero de 2014
Quedar sin trabajo
Mis días pasan sin nada de atractivo, no encuentro motivación, incluso he pensado en suicidarme. Tengo tanto miedo por dentro, estoy que me vuelvo loca. Es tan desesperante. Sabía que iba a darme duro todo esto, pero no llegué a imaginarme que fuera tanta la presión que me pondría yo misma, siento que he tomado malas decisiones en mi vida. Y eso, en parte me ha costado mucho.
Dicen que la motivación es importante, pero yo he perdido parte de ella, con el paso de los días. No ha pasado mucho tiempo desde que estoy en la casa, en cierta medida lo sé, pero parece que ha sido bastante tiempo. Cada maňana me levantó tarde, veo anime, manga, algo de prensa juego y demás, ayudo de vez en cuando en la casa, almuerzo, duermo, paso todo el día como una tonta mirando lejos, sin nada que hacer y mucho que pensar, y me acuesto no tan tarde.
Confieso que en estos momentos tengo mucho miedo, y le pido a Dios que me proteja y me de las fuerzas suficientes para no perder mis metas y mis sueňos. Porqur son esos los que me mantienen. Cada día la nostalgia se apodera de mi, al igual que un millar de dudas empiezan a nublar mi mente. Tengo miedo, mucho miedo.
jueves, 23 de enero de 2014
Un verdadero drama
Consecuencias, que se empezaron a manifestar con el tiempo. Practicamente no comía en el día nada. Estaba delgada, bien delgada, pero todo tiene uno. No quería comer nada, porque me daba miedo engordar.
Empecé a notar la parte dentro de mis ojos pálida y la decisión que tome fue comer dulces en el transcurso diel día. Comía un helado en el mes. Fingía ante de los demás que estaba bien. Que había adelgazado or puro sacrificio, cosa que no era más que una gran mentira, para sentirme bien conmigo misma.
No creo en esos comentarios, sobre que estoy conforme con mi cuerpo. Quien va estar conforme con verse gorda frente al espejo y entrar a un almacén y no poder comprar lo mejor por culpa de un cuerpo horrible.
Un drama con el que cargamos diariamente princesitas, y que cuando nos convertimos en Ana y Mias una vez. Es díficil no mirar atrás.
lunes, 11 de julio de 2011
Después de empezar...es dificil dejarlo
Sentarme a esta hora, después de haber almorzando es un poco difícil, ya que por lo regular me duermo media hora, antes de volver a mis labores habituales en mi trabajo. Y más, cuando cree este blog el cual titule "Sacrificios para ser Bella". Porque en verdad, lo que hice conmigo misma fue sacrificarme para perder algo de peso.
Esta historia tiene un comienzo como todas, y la mía fue precisamente no sentirme a gusto con mi cuerpo cuando me veía en el espejo. Esa imagen tan desacorde con la que yo tenía de mi misma. Me hizo en verdad tomar decisiones un poco drásticas para ver resultados en poco tiempo. El espejo en ese momento de volvió en mi enemigo número uno al igual que mi cuerpo. No poder comprar ropa linda fue muy impedimento para sentirme bien, siempre me reprochaba que tenía que bajar de peso, pero mi mente me engañaba y todo lo que hacía era lo contrario más comía. Escuchar comentarios como estas gorda, en cada momento fue sin lugar a dudas, la gota que rebosó el vaso. Y más cuando llegó el cumpleaños número quince de mi prima, fue allí en donde vi la magnitud de lo que en verdad sentía por dentro. Estaba inmunda. En ninguna de esas fotos me veía bien.
En diciembre de 2.009 empezó mi odisea, por métodos poco ortodoxos de pérdida de peso. Sabía a lo que me llevaba todo esto, pero quería de verdad sentirme bien y verme bien. No desayunaba, solo tomaba un vaso con jugo, almorzaba poco y luego lo vomitaba, y la cena se reducía a un vaso con jugo. Eso si, turnaba los días que desayunaba o cenaba. Porque a veces sentía que no tenía fuerzas. Empezar fue la peor experiencia, porque me daba hambre en todo momento. Trataba de dormir en las tardes para no sentir hambre, me acostaba temprano, trataba de tomar menos cantidad de agua en las noches, para no levantarme en las madrugadas a orinar, porque me daba hambre.
Ahora no sigo la misma rutina. Pero de algo estoy segura no soy la misma, ahora más que nunca tengo miedo engordar.